MICRO-RELATO
Con un techo de nubes sobre la cabeza llegué a mi Córdoba, Córdoba la bella, la mora, la sultana.
Las nubes que no tardaron en parir su acuosa criatura, dotaron al medina con vestiduras de satén y seda.
El Molino de San Antonio, atento al movimiento del agua que mueve sus entrañas, no reparó en mi.
Continué mi deambular hacia la Torre de la Calahorra, ésta sí me descubrió, pero no dijo nada, se limitó a franquear mi entrada al viejo puente Romano.
Sus 16 ojos miraban embelesados el correr del agua fría y cantarina.
Y al notar mis pisadas sobre su añeja estructura, estructura capaz de aguantar otros veinte siglos más el paso del tiempo, dijo con voz de enamorado: «Observa caminante, observa las curvas y el brillo de tan hermosa corriente».
Tras mirar al-wadi al-kabir, el río Grande, el río Guadalquivir …
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… terminé de cruzar con paso lento, para desde el otro extremo del puente volver la mirada y contemplarlo de nuevo.
Cuando me disponía a pasar bajo la Puerta del Puente…
… me llamó la atención una enorme noria, era la noria del molino de Abu¨l-Afia, (Albolafia), artilugio mandado a construir por el cuarto emir cordobés Abderramán II.
Y que Isabel la Católica ordenó desmontar, cuando se alojó en el Alcázar, porque al parecer producía un ruido insoportable. Por fortuna se volvió a montar tiempo más tarde.
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El velo de la lluvia se hizo más tupido cuando me acercaba a la torre del lienzo sureste de la muralla de la Huerta del Alcázar y San Basilio, velo que le daba un aspecto fantasmal e irreal, incluso me pareció ver el brillo del casco de algunos de los vigías que la custodiaban en tiempos de al-Ándalus.
Me alejé sin dejar de mirar de reojo hasta que divisé, entre la misma cortina de agua, el puente de San Rafael.
Ése del que cuenta la canción: «Dime puentecito, puente de San Rafael, por qué caminito se lo han llevaito para no volver, ¡ay! ¿dónde está Julio Romero? ¿dónde está? ¿por qué se fue?
Tarareando la canción y con mi cabeza llena de molinos, torres, vigías, puentes y norias me alejé de mi Córdoba, sí mi Córdoba la bella, la mora, la sultana.
Puedes dejar tu impresión en COMENTARIOS, me gustará leerla.
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Priego, el interior de sus iglesias.
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Interesante reportaje. Lástima que el día no acompañara para ofrecerte una luz mejor.
Comentario por SantiMB — 27 enero, 2014 @ 7:59
Bonito trabajo, la noria me ha parecido espectacular
Comentario por pepemiralles — 27 enero, 2014 @ 13:17
QUE FOTOS MAS BONITAS DE MI CORDOBA ,,,,DE NUESTRA CORDOBA…..
Comentario por ascension castilla lopez — 4 febrero, 2015 @ 22:00
Bonito reportaje Antonio. Hace dos o tres años estuve allí y para dos días que fuimos estuvo lloviendo sin parar, unas tormentas espectaculares. Un saludo!
Comentario por Juan — 29 enero, 2014 @ 1:55
Muy buen reportaje, y aunque la luz no acompana, no merma la belleza de esta ciudad encantadora. Gracias Antonio
Comentario por Olga Regina Frediani — 3 febrero, 2014 @ 20:40
De los días de lluvia también se puede sacar partido. Bonito reportaje. Saludos.
Comentario por jmartinezbert — 5 febrero, 2014 @ 19:47
Cuando se es artista todo se hace bien; buenas fotos. También la lluvia hace bonita la ciudad, es como verlo a través de un velo de tul, Gracias por compartir ese bonito día
Comentario por Pilar Romero Fernandez — 15 mayo, 2014 @ 20:34
Córdoba, una de mis ciudades favoritas. La has retratado y descrito estupendamente. Seguiré leyendo tus crónicas. Saludos
Comentario por Jacintº — 28 noviembre, 2014 @ 17:18