La oveja doméstica tiene sus orígenes en Oriente Próximo tras la domesticación del muflón hacia el año 9000 a. de C.
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Un periodo favorable para la ganadería ovina fue cuando la península estuvo divida entre los reinos cristianos y el reino musulmán de al-Ándalus, ya que entre ambos existía una franja (100 km. aprox.) considerada «tierra de nadie».