Tenía delante un grupo de flamencos a los que no estaba prestando mucha atención, unos dormitaban, otros se alimentaban y uno se acercaba a sus compañeros nadando, algo que hacen muy bien pero no habitualmente.
.
Cuando este ejemplar, el que nadaba, llegó a aguas menos profundas, se puso de pie e increpó a otro que parecía más joven al tener el plumaje más pardo.