Los tarros blancos tienen un aspecto entre pato y ganso con un plumaje bastante vistoso.
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Miden unos 65 cm con una envergadura de 130 cm, mientras que el peso ronda un kilo.
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Es una anátida que se reproduce en varios lugares de nuestro país, su número se incrementa con nuevos especímenes que llegan para pasar el invierno.
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El alimento es a base de invertebrados y algo de materia vegetal, para conseguirlo se agrupan varios ejemplares sobre aguas someras o en campos más o menos encharcados.
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Existe un cierto dimorfismo sexual que se manifiesta en el mayor tamaño de los machos, quienes presentan una protuberancia en la base superior del pico que se hace más vistosa en época de celo.
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Los tarros blancos defiende de otras parejas su territorio de cría pero durante el resto del año son gregarios.
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Sus nido son muy peculiares ya que ponen entre 8 y 10 huevos en alguna cavidad rocosa o en terrenos arenosos, donde no dudan en aprovechar las madrigueras de otros animales.
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Los nidos pueden estar muy lejos del agua, en estos casos los progenitores recorren varios kilómetros para alimentarse pero en cuanto los pollos rompen el cascarón son acompañados hasta el agua donde comienzan a alimentarse por si sólo en compañía de los adultos.
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Los pollos se independizan muy pronto, quedando a cargo de algunas hembras, mientras las demás se agrupan en bandos numerosos cerca del mar para cambiar las plumas, esta época es muy peligrosa ya que pierden todas las plumas de vuelo al mismo tiempo.
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Os dejo un pequeño vídeo de una pareja de tarros alimentándose:
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Hasta pronto, un saludo.
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El pato malvasía cabeciblanco.
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