A primeras horas de la mañana descubrí una pequeña charca en una rambla entre los pinos, la falta de luz hizo que algunas de las fotos salieran poco iluminadas, pero no utilicé el flash para no asustar a sus visitantes.
El primer visitante de la charca fue un mito, este pequeño paseriforme mide 14 cm. de los que la mitad pertenecen a su cola.
Aquí lo tenemos probando el agua.
El mito pronto tuvo compañía, bajó un herrerillo capuchino que vino del bosques de coníferas donde son habituales.
Más tarde un pinzán o pinzón común vigilaba mientras se refrescaba la hembra.
El mosquitero común se posó en cuanto levantó el vuelo la hembra de pinzón.
El petirrojo con su típico babero, se lo pensó pero no acabó de decidirse.
Al igual que el papamoscas gris.
Tampoco quisieron probar el agua ni la curruca cabecinegra, cuyo macho es el responsable de su nombre al tener esa especie de gorro negro…
… ni el carbonero común …
…ni su primo el carbonero garrapinos.
Los que no lo pensaron «dos veces» fueron los piquituertos, estas aves deben el nombre a la forma de su pico, un pico especializado en abrir piñas.
Con estos belicosos pajarillos me despido. Saludos y hasta pronto.
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