MICRO-RELATO FOTOGRÁFICO.
El cielo se vistió de oro para competir con la noche.
Pero no fue suficiente y celoso terminó apuñalándola tras una nube.
En un instante todo se tiñó de sangre.
El cielo quedó en silencio.
Sólo una noctámbula golondrina fue testigo.
Le pregunté por lo sucedido pero ella me ignoró.
Mientras tanto todo seguía cubriéndose de rojo.
Buscando respuesta esta vez pregunté a una gaviota que miró hacia abajo y me gritó: «Pequeño humano, lo que acabas de contemplar es sólo un ritual que tiene lugar para que el mundo siga siendo mundo, lo que acabas de contemplar es el ocaso, el anochecer que dará comienzo a un nuevo día«.
Ser felices, hasta pronto.
Puedes dejar tu impresión en COMENTARIOS, me gustará leerla.
PARA VER ESTOS OTROS REPORTAJES HAZ “CLICK” EN EL TÍTULO QUE QUIERAS:
Érase una vez un Parque Natural, parte I y Parte II.
.
Deja una respuesta