Los heterópteros, más conocidos como chinches de campo, son en su mayoría insectos voladores que poseen 2 pares de alas pero al igual que los escarabajos (coleópteros), el primer par lo tienen endurecido casi en la totalidad de las especies, aunque las chinches de campo poseen algunas venas en dicho par de alas o élitros.
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Las chinches de campos pueden ser herbívoras o carnívora, tienen un aparato bucal perforador-chupador, primero perforan bien su presa o bien las plantas y a continuación chupan su contenido.
Aquí vemos dos especies de chinches asesinas del género rhynocoris, son chinches cazadoras. La primera ha capturado una abeja.
Y la segunda permanece al acecho vistosamente uniformada de negro y rojo.
Para defenderse de sus depredadores las chinches de campo suelen camuflarse con su entorno.
La perfección del camuflaje bien puede ser representado por esta Phyllomorpha laciniata.
Pero también las hay que lucen vistosos colores y cuando un insecto se viste muy llamativo está transmitiendo un mensaje: «Soy venenoso o mi sabor es muy desagradable«.
Es por esto que si habéis cogido algunas chinches de campo, habréis notado que en los dedos se nos queda un olor repelente.
También existen algunos «pícaros» que sin poseer ningún tipo de defensa, se engalanan de colorines con idea de engañar a sus depredadores.
Estos insectos se reproducen por huevos, hay algunos que lo hacen por partenogénesis, es decir, sin participación del macho.
Es habitual que las chinches de campo cuiden de sus huevos e incluso hay especies que cuidan de las crías (ninfas) recién nacidas.
Estas ninfas crecen mediante metamorfosis simple, o sea, que nacen como las adultas pero sin alas ni aparato reproductor, algo que va apareciendo poco a poco sin necesidad de enquistarse de nuevo.
Y por último vemos la extraña transformación que sufre la cochinilla acanalada (Icerya purchasi), este insecto de color rojizo, cuando llega la hora de reproducirse, se fija a una ramita y comienza a formar un saco a base de una secreción cerosa dentro de la que hace la puesta. Podéis ver uno de estos sacos y justo debajo dos ejemplares antes de la transformación.
Con este curioso chinche de campo os emplazo para el próximo reportaje. Salud y hasta pronto.
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Estupendo trabajo Antonio, un abrazo
Comentario por pepemiralles — 29 agosto, 2016 @ 11:56
Buenas Noches Antonio, quisiera saber si la picadura de cualquiera de estas chinches es peligrosa, sobre todo la de la primer fotografía.
Comentario por Mauricio — 6 noviembre, 2018 @ 6:15
Hola Mauricio, que tal?
Los chinches de campo guardan poca relación con los chinches de cama, mientras que los de cama son parásitos que suelen alimentarse de sangre, los de campos se alimentan de la savia de las plantas, polen, hojas y algunas especies se alimentan de otros insectos pero es raro que piquen a una persona, si accidentalmente se coge alguno,éste puede defenderse con un leve picotazo que no tendrá consecuencias, únicamente en caso de ser alérgicos nos dejaría una pequeña reacción roja semejante a la picadura de un mosquito, pero te repito que es difícil que un chinche de campo nos pique. El ejemplar de la primera foto puedes ver como se está alimentando de la flor.
Un saludo.
Comentario por Antonio Mérida Villar — 7 noviembre, 2018 @ 14:00